Tita siempre está

​Se cumplen 21 años del fallecimiento de Elena Margarita Mattiussi, Tita para todos. Fue la mujer más importante en la historia del club. Tita siempre está.

En 1915 y a través del diario La Prensa, Racing Club solicitaba los servicios de un empleado para el mantenimiento del campo de juego. Allí se presentó para la tarea Cesare Mattiussi y su esposa Ida Ernesta Dorigo, ambos inmigrantes italianos.

«Tita nació a las cuatro de la tarde del 19 de noviembrede 1919. En Alsina y Colón, partido de Avellaneda, según consta en su certificado de nacimiento. Justo debajo de la tribuna de madera del viejo estadio de Racing, en una casilla donde vivían sus padres. Doña Ida, que con el tiempo se convertiría en Aída o la “nonna”, trabajaba en la lavandería del club. Don César, hábil en el manejo de la guadaña, era el encargado de la cancha».

​Sus primeras tareas fueron ayudar a su madre en la lavandería, en los baños, pero con el tiempo se transformó en confidente, «madre», amiga y hermana de todos aquellos que vistieron la camiseta de la gloriosa Academia Racing Club.

Tita poseía un corazón noble y lleno de amor para brindar, «si se pierde el mismo tiempo y la misma saliva en ser malo que en ser bueno… Entonces, es preferible ser bueno, ¿no? (…) Yo nací acá y mis padres me enseñaron una educación que todavía tengo. Esta es mi casa y yo quiero que a Racing le vaya bien».

Cuando sus padres murieron quedó encargada de todas las tareas afines pero el acercamiento a sus jugadores fue muy notorio. En épocas del «Equipo de José», Tita viajó a Glasgow con el plantel para el partido de ida vs Celtic. Luego de tres duros partidos La Academia se «adueñó» del mundo y Tita dijo presente.

Los vaivenes económicos del club y las malas campañas hicieron descalabros en el andar deportivo de la institución. Sin embargo, la década del ochenta trajo jóvenes de gran valor al club como «Panchi» Solari, «Camote» Acuña o el «Mencho» Medina Bello. Tita conoció al uruguayo más grande que pasó por el club: Rubén Walter Paz (acaso el mejor «10» de los últimos 50 años).

Sus últimos años de vida pudo disfrutar de algunos valores nuevos como Javier Lux, Bastía o el «Chanchi» Estevez. Siempre cerca de Racing hasta el día de su muerte el 3 de agosto de 1999.

En Pitágoras y Spurr, Avellaneda, se encuentra el Predio que se utiliza como sede de entrenamiento de las divisiones inferiores de fútbol. El plantel superior también entrena allí y el femenino ha jugado numerosos partidos del campeonato (esperemos que pronto el Cilindro sea el lugar de los partidos). Como no podía ser de otro modo el Predio se llama «Tita» Mattiussi.

Fuentes: «Tita, 100 años de la madre de La Academia», de Marcelo Izquierdo y revista El Gráfico.