El uruguayo de la zurda mágica

Rubén Walter Paz cumple 64 años. El uruguayo de la zurda mágica ganó la Supercopa Sudamericana 1988.

«Y en eso vemos que entró Rubén Paz. En dos o tres jugadas nos complicó el partido. Pensábamos porque no lo habían puesto antes. Casi nos empató el juego», con esta admiración pero, con mucha expresividad Oscar Ruggeri contó el impacto que provocó el oriundo de Artigas en el Argentina vs Uruguay de 1986.

El gran público lo conoció mejor. Sus cinco años en Peñarol y sus cuatro en Inter de Porto Alegre habían mostrado su calidad que lo llevaron un año al Racing Matra de París. El «Mundialito» en 1981 también lo vió en gran forma (Uruguay ganó el torneo).

En 1987 Racing buscaba dar el salto de calidad. El equipo dirigido por Alfio Basile se concentraba en el buen juego, la garra y la faceta goleadora. Nombres como Ubaldo Fillo, Jorge Acuña, Costas- Fabbri, Toti Iglesias y Walter Fernández conformaban un plantel que iba por todo. Sin embargo faltaba la pieza de calidad, el jugador determinante que brindara un matiz superior. Ese hombre era Rubén Paz.

La década del 80 no fue fácil en el país. Con una democracia incipiente, con intentonas golpistas de los militares, con el plan económico que mostraba altibajos y con la casa madre del fútbol comandada por un dirigente hincha del club vecino.

En ese contexto llegó Rubén Paz. Su presentación fue el día de la goleada 6-0 vs Boca. Saludó al público, vió el partido desde la platea y asombrado preguntó: ‘¿Para qué me trajeron?’. A los pocos días debutó vs San Lorenzo, hizo un gol (compartido con Moner) e inició el romance con la gente.

Aquellos que lo vieron jugar (entre ellos este cronista) pueden dar fe de su habilidad, de su zurda inigualable, de sus tiros libres, de su calidad como persona. Por estas cosas es ídolo de toda una generación.

Los fríos números indican que entre 1987/89 y 1990/93 jugó 152 partidos, convirtió 33 goles y ganó la Supercopa Sudamericana en 1988. Ese mismo año fue considerado el mejor jugador del continente. Formó parte de los cuerpos técnicos de Mario Saralegui y Mauricio Larriera. En la actualidad observa jugadores y sueña con trabajar en su amado Racing Club.

¡Feliz cumple ídolo!