La locura del campeón - La Comu de Racing Club - Lisandro López

La locura del campeón

De la mano del capitán Lisandro López, Racing se quedó con la Superliga Argentina y se desató el festejo de todo el pueblo académico.

Todo fue felicidad a partir de las ocho y diez de la noche. El desahogo fue enorme pero no caben dudas que fue más que justificado que este título se quede en Avellaneda. Forjado en una base sólida, con protagonistas de jerarquía y sumando frescura por parte de los más jóvenes, la academia superó todos los obstáculos y gritó “Campeón”.

Con Lisandro López como principal estandarte, todo el resto se alineó detrás del capitán en busca del máximo objetivo. Con la solvencia de Gabriel Arias apareciendo en momentos claves para salvar el arco académico, la solidez de centrales como Alejandro Donatti y Leonardo Sigali que brindaban seguridad y poder áreo tanto en defensa como en ataque. Renzo Saravia y Eugenio Mena, laterales de selección por ambas bandas teniendo en varios cotejos un nivel superlativo.

El mediocampo brindó una mezcla perfecta entre experiencia y rebeldía que supo en que situaciones administrar una u otra. La categoría del chileno Marcelo Díaz aportó lucidez a la hora de jugar con el balón al ras del césped, Pol Fernández y Augusto Solari entendieron a la perfección  cada indicación del técnico para plasmar dentro del campo de juego. Y qué decir de Matías Zaracho, se desempeñó como un hincha más, corriendo, metiendo y dejando la vida en cada pelota en post de conseguir un campeonato con su amado Racing. Dario Cvitanich y Jonatan Cristaldo ofrecieron sacrificio, voluntad, esfuerzo, calidad y cuota goleadora a la delantera del campeón.

Cada uno de los que esperaba su lugar en el banco de suplentes tenía las mismas ganas y más de dar el máximo. Javier García, Iván Pillud, Lucas Orban, Rodrigo Schlegel, Nery Domínguez, Neri Cardozo, Martín Ojeda, Ricardo Centurión, Julián López, Andrés Ríos y todo el grupo tuvieron un papel fundamental para unir e incrementar el nivel del plantel racinguista.

El director técnico, Eduardo Coudet, estuvo a la altura de las circunstancias. Luego de varios traspiés, supo torcer la situación mentalizado en un único objetivo, terminar en lo más alto de la Superliga. Con su singular forma de vivir los encuentros, sus cábalas, sus enojos pero por sobre todas las cosas demostrando siempre las ganas de jugar buen fútbol y saliendo a ganar en todas las canchas.

Párrafo aparte para “Licha”, su compromiso con la blanca y celeste fue fascinante desde el momento que regresó el club. Siempre tuvo en mente cumplir ese sueño de dar la vuelta con la camiseta que lo vio nacer como jugador de primera división. Más que nadie, él se merecía coronar su regreso con un campeonato. Goleador del torneo, emblema dentro y fuera de la cancha, con la sabiduría justa para aportar grandeza al plantel, con un despliegue poco visto en un profesional que acaba de cumplir treinta y seis años.

Por todos estos representantes, con la gente académica fiel a su estilo alentando en cada momento y por desplegar un fútbol de alto vuelo en varios pasajes de la Superliga, Racing pudo llegar a lo más alto, llenándose la boca con el grito de CAMPEÓN.

Periodista

Juan Paulo Bustamante

Periodista especializado en Deportes (ISEC) Socio 24199 #YoMilito #RacingPositivo

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