Marcelo Díaz dialogó con socios de Racing
Marcelo Díaz dialogó con socios de Racing en el día de ayer. El mediocampista chileno se refirió a varios temas, entre ellos el último clásico de Avellaneda, en donde la Academia derrotó a Independiente por 1-0 jugando con nueve hombres.
La charla se dio con algunos socios que participaron por intermedio de Racing Play, una aplicación oficial del club que puede ser descargada desde Google Play o Android Store.
Su último gol en el recordado clásico de Avellaneda quedará en la historia y en la retina de todos los hinchas de Racing. Minutos antes de marcar el gol ante Independiente se pudo ver al Chelo comiendo una banana en el campo de juego: «No pensé ni siquiera que me iban a ver, pero tuvo tanta repercusión porque minutos después el que hace el gol fue el que se había comido la banana. No tiene una lógica ni explicación. Se creó algo tan lindo, que toda la vida se va a recordar como el clásico de la banana. En la cancha no pensé que eso iba a suceder. Me la comí porque necesitaba energía. No había en el banco y Augusto Solari salió corriendo a traerme una banana…», narró el jugador.
Sobre su llegada al club Marcelo Díaz contó como se gestó y que Eduardo Coudet fue quién lo acercó: «El Chacho ya me había querido en el 2018. Yo estaba en la Libertadores. Soy hincha de la U de Chile, que justo estaba en el mismo grupo que Racing. Veía los partidos. La gente es muy fanática, me empecé a interiorizar un poco más y se dio la coincidencia de que tenía en el club muy buenos amigos. Me dijeron que era un club fenomenal, una hinchada perfecta y que estaban haciendo bien las cosas«.
La charla se tornó emotiva y Díaz recordó un episodio que lo marcó de por vida: «La última vez que lloré fue cuando empezó la cuarentena, una semana después, más o menos… Desde que falleció mi hermano cuando tenía 16 años me puse una armadura para no llorar, una coraza para no sentir sufrimiento. Y la pelota siempre ha sido mi refugio, siempre la llevé bien, entrenando, viendo a mis compañeros» además agregó: «Con la cuarentena llegó un momento en que me sentí muy solo. No sentí ese refugio que habitualmente tengo. En un baño de jacuzzi me agarró melancolía y me largué a llorar con mucha nostalgia. Necesitaba liberarme de esa contención que me había puesto yo mismo», cerró por Racing Play.
