
El socio del silencio del rival
Racing le ganaba a Boca, pero perdía frente al árbitro y finalmente solo pudo traerse un punto de la Bombonera.
Así es imposible aspirar a más, porque cuando el equipo se ve claramente perjudicado comienza a perder concentración al sentirse impotente ante quien, sancionando faltas inexistentes, rige el destino de un partido.
Durante el primer tiempo Racing realizó un buen trabajo y si hubiera tomado mejores decisiones en algunas jugadas podría haberse ido al descanso ganando, pero en la segunda mitad todo cambió, no solo por los reemplazos, uno por lesión (“Nacho” Rodríguez le deja su lugar a Rojas) y otros porque el martes hay que enfrentar a Peñarol por la Libertadores (Barrios, Torres y Solari entran por Almendra, “Maravilla” y Vergara.
Boca tuvo dos oportunidades claras para abrir el marcador en los pies de Merentiel, pero se enfrentó a un gran Cambeses, -en la primera le tapa el remate y en la segunda le saca la pelota de los pies-, como respuesta Racing logra ponerse en ventaja cuando Torres baja de cabeza un centro desde la derecha, la pelota la recibe Rojas pisando el área quien la cruza de zurda hacia el segundo palo, pero en el camino es desviada hacia el arco por Solari, que sorprendiendo con su diagonal concreta el gol que le daba el triunfo.
Pero Ramírez se convirtió en el socio del silencio de nuestro rival, porque con un descarado arbitraje puso a Racing en un plano inclinado que lo fue encerrando en su campo sancionando a favor de Boca la mayoría de las divididas y de esa manera lo fue encerrando en su campo (cobró 19 faltas contra Racing y solo 6 contra el local, al igual que lo hizo tiempo atrás ante nuestros vecinos), y entonces lo que tuvo que suceder sucedió porque algo iba a inventar para que el local tuviera la oportunidad de empatar, como finalmente lo terminó haciendo Giménez.
Faltando poco “Toto” Fernández reemplazó a Conechny, pero nada cambió y después de 7 minutos de descuento, Racing se trae un punto que a mi juicio es importante porque ayuda anímicamente y demostró que a pesar de las adversidades sigue siendo un equipo que cuenta con jugadores capacitados para afrontar las copas en juego.
Por su personalidad me gustó mucho Pardo, como siempre Nardoni y Sosa quienes juntos son los motores del equipo, un buen partido de Almendra por su manejo y la solidez de Cambeses a quien se lo ve más confiado, el resto con altibajos y con ciertos apuros en las decisiones finales de las jugadas, quizás porque “Maravilla” todavía no tiene los compañeros adecuados que lo llevan a vivir más en soledad, sobre todo a la hora de presionar, porque Duvan Vergara baja demasiado y a Conechny lo vi un poco desconectado, sin el ritmo adecuado para hacerlo, por lo que me parece que este Solari, en crecimiento debería estar en su lugar.
Sobre el final mi reflexión sobre Marcos Rojo: dicen que el amor y el odio pueden coexistir y creo que con este jugador tan controvertido, los hinchas vamos a estar conviviendo dos experiencias al mismo tiempo, con emociones que depende de lo que veamos nos llevaran de un lado al otro, pero hay algo que puede atenuar toda esa ambivalencia y es la camiseta que amamos, por lo que hay que alentarlo, pero eso sí, exigiéndole que trate de no cometer los errores que le veíamos en los equipos anteriores.
Respecto a los errores de contratación -me guío solo por lo que leo o escucho- considero que realmente fue una mancha para la CD, porque una institución como Racing, que cuenta con personal dedicado a estudiar cada detalle de los futbolistas que desea incorporar, no puede pasar por alto un tema tan importante que de arranque perjudica al club y al jugador. Ojalá se pueda solucionar.
Ahora a ganar el martes en Montevideo y como dice Gustavo:
“Todos juntos por este sueño”.
Vamos Racing carajo!
Hasta pronto.
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Lococo
Pascual
El hincha que hincha. Un hincha de Racing Club de Avellaneda, con todo lo que eso significa.